Esta esperanza que come
panes desesperados
Juan Gelman
Séraphine de Senlis
Por vivir en el paraíso
hago mis últimas apuestas
por un buen sueldo
para tener seguros moldes donde poner mis pasos.
Por un medicamento siquiátrico –sin creer en ello-
que regule las medidas precisas de mis angustias.
Por una hora de sudor que estrangule toda lágrima.
Con un aullido pido al mundo
que sea mi casa o mi palabra.
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