El hombre que viene a visitarme
ya conoce las miserias de lo humano
es un náufrago, esperando el consuelo.
Aprendió de las desgastadas iglesias
y de los fragmentos de justicia
así como del salto de las ranas
y el llanto de las madres solas.
Conoció la flor marchita
que no espera renacer
aprendió al navegar y murió al vivir.
Liliana Gastelbondo del libro Vaso de tinta
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