HÉROES
Ni toda la oscuridad del
mundo puede apagar la
llama de una vela
San Francisco de Asís
En este territorio, caminamos
para conocer gente que brilla con luz propia
y sólo se brindan como frutas y resplandecen:
se acostumbraron a ser luz .
Luego conocemos personas que confunden
los frutos luminosos de las anteriores
con armas letales
y hacen callar
al cumplir con su designio mortal.
No dan cobijo, sólo sombras son.
Nosotros, los observadores
procuramos recibir y no dar
aunque saboreamos;
los jugos incandescentes otorgados.
No brindamos, ni obsequiamos
para evitar ser malinterpretados
o acusados de refulgentes.
Así seguimos tras la sombra de seres luminosos
notamos como a pesar de los disparos
su incandescencia continúa y marcha
encegueciéndonos con su resplandor.
Liliana Gastelbondo
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